Diana Cortés, Fellow de Acumen 2021, fundadora y directora de la organización urbana Pacific Dance, respondió estas y otras preguntas sobre: el papel del arte como motor de cambio, la fuerza que tiene el amor por el territorio y el poder de una mirada más esperanzadora para crear una iniciativa a favor de la juventud en Tumaco.
Para Diana, el baile siempre ha sido una pasión. Desde que estaba en el colegio conformó un grupo de danza al que dedicó varias horas durante años con el resto de sus compañeras. A pesar de los comentarios que le hacían de que el baile era una pérdida de tiempo, en el 2011, en medio de una ola de violencia en la región, Diana descubrió el poder que tenía la danza más allá del entretenimiento.
"Cuando uno está en estos espacios, uno no tiene tiempo para otras cosas, y las otras personas tampoco tienen tiempo de verlo a uno de otra forma. De algún modo, por medio del baile, te sales de la violencia".
De esta manera, nace en 2011 Pacific Dance con la intención de generar espacios alternativos para la comunidad, y convertirse en un proyecto que trascendiera lo artístico para convertirse en un lugar de protección, transformación y construcción del territorio.
Sin embargo, a pesar de que Pacific Dance se ha convertido en un referente de paz, también se ha enfrentado a una variedad de retos. El principal ha sido la falta de unión de fuerzas, que como menciona Diana, ha generado dificultades. Como agente de cambio, reconoce que las cosas no puede hacerlas una sola persona, y que si se lograran sumar los esfuerzos, podrían haber cambios más grandes. Además de esto, la creación de economías sustentables para los jóvenes, y el cierre de ciclos con cada uno de ellos, han sido otros de los retos que ha tenido Diana durante su recorrido en el sector del impacto social.
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