Crecer como líder
Caquetá: El impacto de las mujeres en la región
Generar cambio en Colombia es un trabajo que se hace desde múltiples lugares, territorios y acciones. Particularmente en el departamento del Caquetá, tres mujeres, Fellows de Acumen hacen eso en su día a día
Noviembre 15, 2022Una de las apuestas de Acumen Academy en Colombia es crear un microcosmos del país a través de nuestro Programa de Fellows. Esta intención nos ha llevado a construir una comunidad diversa de la que hoy hacen parte 74 personas, y en la que el 54% de estas son mujeres. Particularmente en el departamento del Caquetá, contamos con 3 de ellas: Clara Inés Hoyos (Fellow 2019), Estefanía Molano (Fellow 2020), y Yudy Figueroa (Fellow 2021).
Desde sus cotidianidades y quehaceres, estas tres mujeres se encuentran generando impacto y alternativas para otras personas, construyendo oportunidades en una zona que ha sido retadora debido a la violencia de género y el conflicto armado. En palabras de Yudy Figueroa, “además de ser un departamento muy golpeado por la violencia de grupos armados al margen de la ley, también es un departamento donde se ve mucho la violencia de género y la falta de oportunidades laborales para las mujeres”.
Según cifras del DANE, en la región del Caquetá, en 2018, el 42,6% de las mujeres se encontraban realizando oficios del hogar como actividad principal, frente al 3,8% de los hombres. Esto refleja las diferencias de género en el sector laboral del departamento y la importancia de iniciativas y proyectos como los de Clara, Estefanía y Yudy que proponen un liderazgo diferente donde las mujeres tienen un rol activo en la transformación social.
Desde las conversaciones que tuvimos con cada una de ellas, pudimos conocer más de los proyectos que se encuentran realizando en este departamento, y de cómo estas 3 Fellows le apuestan a construir Colombia y particularmente el Caquetá, desde su día a día.
Clara Inés, desde El Doncello
"Lo más gratificante de mi trabajo es ver esa transformación de las mujeres. Ver a esas mujeres empoderadas, buscándome para decirme 'ya lo logré, sembré, cultivé. Cambié. Ese cambio es lo más gratificante para uno, ver que transforma vidas".
Para Clara, su día comienza a eso de las 5:30 de la mañana cuando se prepara el café y la aguapanela, mientras le echa la comida y agua a las gallinas. Desde ese primer momento hasta que se acuesta, realiza todo tipo de labores para la Asociación de Mujeres Empresarias Cimientos del Hogar (ASMUECH). Desde ir a la planta y trabajar con el equipo de apoyo, hasta responder alguna entrevista sobre lo que ella hace. Desde su experiencia, muchas veces la intención de estas entrevistas es ayudar a replicar el conocimiento de la Asociación para otras organizaciones que buscan que las mujeres se empoderen y saquen sus proyectos adelante.
Al preguntarle por el surgimiento de la ASMUECH, Clara nos contó cómo este proyecto está fuertemente relacionado al papel de la mujer en el departamento: “nosotros vivimos en un medio muy machista porque nuestra región es muy ganadera y fue una región de cultivos ilícitos. Entonces… ¿quién manejaba los cultivos ilícitos? Los hombres. ¿Quién maneja la ganadería? Los hombres. La mujer no tenía cabida en eso”. Esta situación llevó a Clara a buscar un cambio. Al ver esta situación, se dio cuenta que la transformación ya había iniciado, las mujeres sabían que debía haber un cambio. Sin embargo, faltaba encontrar una forma para lograrlo.
Fue entonces cuando empezó a explorar nuevos caminos, involucrando no solo a las mujeres, sino también sus entornos y sus familias. Así fue cómo el trabajo inició involucrando a los hombres. “Nosotros proporcionamos el medio con ellas, pero los que generaron ese cambio fueron ellos, porque hoy en día son unos grandes aliados en el trabajo que estamos haciendo”, afirma Clara.
Desde ese momento, surgió en 2015 la Asociación de Mujeres Empresarias Cimientos del Hogar, centrada en hacer todos los procesos de plantas aromáticas: cultivar, cosechar, transformar y comercializar. En el momento en que nació la idea, lo que estaba más al alcance de la organización eran las aromáticas, ya que se podían cultivar “en la casa, en una olla, en un balde, en una vasija o una huerta”.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia surgieron bastantes retos, pero también varias oportunidades. En los momentos más complicados del COVID-19, Clara escuchó a la comunidad y comprendió la preocupación creciente de las personas por la falta de alimentos. Practicando la escucha atenta y la empatía, se abrió la oportunidad de trascender el proyecto de las aromáticas y enfocarse en la seguridad alimentaria, buscando así otros productos alternativos que mejorarán las condiciones de vida de la comunidad en ese momento.
Desde entonces, esta iniciativa ha ido creciendo y aumentando sus aprendizajes y oportunidades. De acuerdo con Clara, las mismas mujeres de la Asociación “ya creen en sus unidades productivas. Ya creen que sus fincas son su propia empresa”. Más allá de los cultivos de aromáticas y la seguridad alimentaria, uno de los grandes logros para Clara ha sido el sentido de pertenencia que han venido tomando estas mujeres dentro de la Asociación.
Estefanía, desde La Unión Peneya
"Quiero que las mujeres en el campo se sientan con todas las capacidades de tomar sus decisiones (...) que haya esa relación de participación tanto de las mujeres como los hombres".
Por su parte, Estefanía se encuentra trabajando como extensionista rural con la Red Nacional Cacaotera acompañando a familias cacao culturas en manejos agronómicos y también apoyando en el tema ambiental. Al hablar de su cotidianidad, Estefanía nos llevó a conocer la planta de cacao en la Unión Peneya, que es el punto de encuentro de todo lo que se realiza en la organización y particularmente, lo que le da intención a su día a día. Como nos comentó, la planta además de ser el lugar de producción del cacao, es el sitio donde se hacen las reuniones y se guardan elementos para entregarle a los productores de este alimento.
Estefanía ha estado involucrada de lleno en la cadena productiva del cacao, haciendo parte de diferentes iniciativas como: los Programas de Desarrollo y Paz del Caquetá, la Red Caquetá Paz, la Red Nacional de Jóvenes Rurales, y la Red de Agricultura familiar, apoyando en cada uno de estos proyectos en la producción de cacao. Desde su experiencia, estos espacios han ido cambiando con los años, ya que cuando ella inició vio cómo en algunos de ellos ponían en duda sus aportes, y la palabra la tenían los hombres. Sin embargo, con el paso del tiempo han ido creándose más organizaciones de mujeres abriendo más oportunidades de estas en el Caquetá.
"Han cambiado las cosas porque ya uno hoy escucha que por lo menos ahora es necesario que en las organizaciones haya participación de mujeres. En este caso los hombres se han dado cuenta que en este momento las miradas están más puestas en las mujeres y en los jóvenes".
Particularmente en el cultivo de cacao, son las mujeres las que más le dedican a la mano de obra. Son ellas las que están más al cuidado en el momento de la fermentación y secado, por lo que su aporte en la producción de este alimento tiene un papel importante. Estefanía es consciente de esto, y es por eso que busca incluir la participación de toda la familia, particularmente de las esposas de los productores cuando se hacen los días de campo con la organización. Al preguntarle por cómo le gustaría ver a las mujeres del Caquetá, nos dijo que espera ver mujeres mucho más empoderadas, que puedan creer más en ellas mismas.
"Quiero que las mujeres en el campo se sientan con todas las capacidades de tomar sus decisiones, de poderse defender, de tener a dónde acudir y que les generen confianza y no dependencia".
Yudy, desde Montañita
"Buscamos que además de las mujeres que estamos en ese momento ejerciendo las actividades que hacemos en el taller de modistería, seamos generadoras de empleo de otras mujeres que están ahí a la espera".
A diferencia de lo que hacen Clara y Estefanía, Yudy Figueroa se levanta a las 4:30 de la mañana. A esa hora se prepara para dejar listo el desayuno y el almuerzo de todos en su familia, pues desde las 6 de la mañana comienzan las actividades por fuera de la casa. A las 7 deja a su hijo en el colegio, y desde ese momento, llega al taller de modistería. Las operaciones se detienen a la hora del almuerzo, donde Yudy espera a su hijo para volver a casa, y una vez terminan de almorzar, vuelve al taller para quedarse trabajando hasta finalizar el día.
En la Asociación Cosemos Sueños, donde Yudy es la cofundadora, se busca promover el empoderamiento de la mujer desde el ámbito productivo y económico. Uno de los grandes objetivos de la asociación es que las mujeres que no cuentan con un perfil “empleable” tengan la oportunidad de trabajar y generar un sustento económico para ellas y sus familias.
Si bien aún persisten retos en la modistería por no contar con la infraestructura suficiente para que las mujeres puedan realizar su trabajo, la intención detrás de Cosemos Sueños ha facilitado el fortalecimiento del proyecto con el paso del tiempo. Su objetivo es que Colombia mire a la mujer y especialmente al Caquetá como un lugar de mujeres edificadoras capaces de aportar a la construcción de paz, a la sociedad y al mundo. Realizando un aporte a borrar esa mirada única de la mujer como la que hay que beneficiar o ayudar, porque como dice Yudy, “las mujeres somos más que eso”. Precisamente, esa claridad en la intención que fundamenta a Cosemos Sueños, es la que le ha traído grandes gratificaciones. En sus palabras:
"Lo más gratificante es ver que sí se está ayudando a mujeres. Que sí hay mujeres que se están beneficiando de esta organización de base. Que sí hay mujeres que gracias al trabajo que realizan dentro de Cosemos Sueños están llevando el pan de día a día a su casa, el pan de su familia, y eso para nosotros es gratificante. Poder ayudar a esas mujeres que desafortunadamente no tienen otra opción, ni otra oportunidad en ningún otro lado y que acá la tienen".
Las historias de Clara con la Asociación de Mujeres Empresarias Cimientos del Hogar, Estefanía con la Red Nacional Cacaotera y Yudy con la Asociación Cosemos Sueños, son solo una muestra de algunas de las iniciativas que están surgiendo en el departamento del Caquetá. Cada una de estas historias, hace evidente la claridad en la intención que tiene cada Fellow de Acumen por fortalecer la economía, el sustento y las posibilidades laborales de las mujeres y del departamento.
Esto nos abre una ventana de curiosidad para aprender más sobre los proyectos que están surgiendo en esta parte de Colombia, y las oportunidades que se generan cuando se evita la trampa del conformismo, es decir, cuando no solo se evita caer en estereotipos, sino que también se promueve la transformación desde la diversidad de miradas que existen en nuestra sociedad.
El Programa de Fellows de Acumen busca conectar y cultivar agentes de cambio social para reconstruir el tejido social en todos los rincones del país. Conoce más del Programa de Fellows.